Jovencitas con unfirme escolar, en lugar de aprender matemáticas aprenden a comer rabos. Se lo pasan muy bien y las verás sonreir mientras se tragan toda la leche. Sencillamente genial….
La vida diaria de estas calenturientas azafatas está salpicada de momentos marranos. Cuando ven un buen paquete se lanzan a por él. Si el piloto está bueno, puede haber bofetadas…